¿Qué te motivó a dedicarte al Trabajo Social?
Participaba con grupos de jóvenes en la comunidad parroquial de mi barrio, ahí empecé a conocer proyectos sociales que me encantaban, comercio justo, campos de trabajo comunitario mientras nos íbamos de viaje y conocíamos a otros jóvenes, encuentros, dinámicas, gymkhanas, autoconocimiento, descubrir y discernir las causas de realidades injustas y pensar cómo podía yo involucrarme en eso… y conocí a profesionales del trabajo social que me dejaron huella con su estilo y testimonio de vida. Yo quería ser geógrafa porque idolatré siempre la materia y a mi profesor D. Antonio, también pensé en estudiar audición y lenguaje porque me dijeron que tenía salida, pero me acuerdo que cuando había que ordenar las carreras por orden de prioridad, puse trabajo social en primer lugar porque escuchándome más internamente, realmente me acercaría a esa vida comunitaria y de proyectos que suman, y así fue, 17 años después no he parado de estar envuelta en la construcción conjunta de un mundo más justo, no me arrepiento de mi orden de prioridades.
Si hoy pudieras hablar con tu “yo” del primer día de trabajo, ¿Qué le dirías?
Que me prestara un poco de la ilusión del primer día, porque reconozco que esta es una profesión vocacional, preciosa, pero también te revela la dureza del sistema, que cuando empecé no la sentía tan visceral como hoy, pero eso ha construido mis valores y la persona que soy y no lo cambiaría por nada. También le agradezco a ese yo del primer día, la apertura y conexión con la gente y le digo también que vaya pardilla que fui cuando no tenía ni idea de sistematizar, recapitular, interpretar la realidad, me hace gracia lo confundida que podía llegar a estar cuando empezaba a sumergirme en proyectos, información, datos, sin saber mucho qué cuentas echar con aquello. Y sobre todo el vértigo que sentí cuando conecté por primera vez con la realidad que viven personas en situación de extrema exclusión, ahí me di cuenta del respeto y el cuidado con el que debía transitar esta profesión y mi camino laboral.
Un mito sobre el Trabajo Social que destruirías de una vez por todas.
«Que estamos para solucionar los problemas de la gente o para arreglarle los papeles». Realmente somos una herramienta poderosa del estado de bienestar pero tenemos que saber «emplearnos», ser acompañantes y no solucionadoras. Quiero decir, que en lugar de «hacer por», «estemos con la gente, apoyando a que desarrollen sus capacidades y acompañándoles a que tomen los derechos que les corresponden desde un lugar protagonista y no pasivos al son de un sistema machacador.
Un libro, herramienta o recurso que toda trabajadora social debería conocer.
Aunque no llevara toda mi trayectoria profesional trabajando en Cáritas diría lo mismo: el Modelo de Acción Social de la entidad, junto con los informes Foessa que publican los datos sobre la realidad social, son un material que no me gustaría perder nunca de vista.
¿Qué es eso que siempre dices que vas a hacer en el trabajo y nunca haces? (Confesiones de TS)
Leer nuevo material, leer más artículos, documentar más mi biblioteca de saberes y conocimientos sobre mi acción profesional cotidiana.
SALSEO Y CURIOSIDADES ….
Si pudieras viajar a cualquier país mañana, ¿a dónde irías?
A Chile.
Tu restaurante favorito y qué plato recomendarías.
La Dolce Vita, cualquier plato de esa rica comida italiana, en nuestro Vegueta mágico.
El mejor libro que has leído este año y por qué.
Voy a citar tres de mis recientes y quien lo lea se quede con el que más le resuene: Me encanta los autobiográficos, me leí y sigo releyendo y viendo sus obras «El tejido de los sueños» de Remedios Varo, porque expone el valor de una mujer artista no reconocida en su época que proyecta toda la magia y el poder que hay en ella, sus cuadros me impactan y resueno mucho con ellos, sus cartas íntimas y la forma de comunicarse. También me encanta la novela «El amigo del desierto» de Pablo d´Ors me embebió esta historia que es el inicio del camino de un hombre amante del desierto que empieza a escucharse a sí mismo y conectar con la contemplación. Y «Orlando» de Virginia Wolf, de las lecturas más creativas que he leído, plasma con transgresión a la par que con delicadeza el cambio de sexo.
La serie que siempre recomiendas a todo el mundo.
Breaking Bad y el Cuento de la Criada.
Algo sin lo que nunca sales de casa.
Las gafas de sol y agua de colonia en el bolso.